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En este espacio encontrarás información y reflexiones sobre temas legales relevantes en nuestra sociedad. En esta ocasión, hablaremos sobre el contrato psicológico relacional, un concepto importante en el ámbito laboral y personal.
El contrato psicológico relacional es un acuerdo implícito entre dos o más personas que establece las expectativas y responsabilidades en una relación, ya sea laboral, de amistad o de pareja. Este tipo de contrato es diferente al contrato legal, ya que no se basa en términos y condiciones específicas, sino en percepciones y emociones.
¿Qué elementos componen un contrato psicológico relacional?
El contrato psicológico relacional se compone de tres elementos fundamentales:
- Expectativas: Son las ideas y creencias que cada persona tiene sobre el otro y sobre la relación en sí. Estas expectativas pueden ser explícitas o implícitas, y pueden estar basadas en experiencias pasadas o en estereotipos.
- Responsabilidades: Son las acciones y compromisos que cada persona asume en la relación para satisfacer las expectativas del otro. Estas responsabilidades pueden ser conscientes o inconscientes, y pueden cambiar con el tiempo.
- Consecuencias: Son las reacciones y emociones que se generan cuando las expectativas no se cumplen o las responsabilidades no se cumplen. Estas consecuencias pueden ser positivas o negativas, y pueden afectar la dinámica de la relación.
Ejemplo de contrato psicológico relacional
En una relación laboral, un empleado puede tener la expectativa de que su jefe lo reconozca y lo valore por su trabajo. A cambio, asume la responsabilidad de trabajar duro y cumplir con sus tareas en tiempo y forma. Si el jefe no cumple con la expectativa del empleado, este puede sentirse decepcionado y desmotivado, lo que puede afectar su rendimiento y su relación con el jefe.
Como se puede ver en este ejemplo, el contrato psicológico relacional puede tener un impacto significativo en nuestras relaciones y en nuestra vida en general. Por eso es importante ser conscientes de nuestras expectativas y responsabilidades, y comunicarlas de manera clara y respetuosa en nuestras relaciones.
¿Has tenido alguna experiencia con un contrato psicológico relacional en tu vida? ¿Cómo afectó esa relación? ¡Déjanos tus comentarios y comparte tu experiencia con nosotros!