Bienvenidos al blog jurídico Viltis, dedicado a informar y asesorar sobre temas legales en el ámbito español. En esta ocasión, abordaremos un tema que preocupa a muchos padres: ¿qué sucede con los hijos pequeños en caso de fallecimiento?

Es importante tener en cuenta que, aunque nadie quiere pensar en su propia muerte, es necesario planificar y asegurar el bienestar de nuestros hijos en caso de que algo nos suceda. Por ello, el testamento es una herramienta fundamental en la que podemos establecer cómo queremos que se administre nuestro patrimonio y quién se encargará de nuestros hijos en caso de que fallezcamos.

¿Quiénes pueden ser tutores de nuestros hijos?

En primer lugar, es importante saber que en España, los padres tienen el derecho y la obligación de nombrar a un tutor para sus hijos en caso de fallecimiento. Este tutor será la persona encargada de velar por el bienestar y la educación de los menores, así como de administrar su patrimonio hasta que alcancen la mayoría de edad.

En caso de que los padres no hayan designado un tutor en su testamento, será el juez quien decida quién será la persona encargada de los hijos. Por ello, es importante incluir esta disposición en el testamento para asegurarnos de que nuestros hijos estarán en buenas manos.

¿Qué características debe tener el tutor?

Además de ser una persona de confianza y que tenga una buena relación con nuestros hijos, es importante que el tutor tenga la capacidad y los recursos necesarios para asumir esta responsabilidad. También es recomendable que sea alguien cercano a la familia y que comparta los mismos valores y principios educativos que los padres.

En caso de que los padres estén separados o divorciados, es importante acordar en el testamento quién será el tutor de los hijos, ya que en caso contrario, podría haber conflictos entre las familias de ambos progenitores.

¿Qué sucede si no hay familiares o amigos cercanos que puedan ser tutores?

En caso de que no haya ninguna persona cercana que pueda asumir la tutela de los hijos, se puede designar a un tutor profesional, como un abogado o una entidad especializada en la tutela de menores. Sin embargo, es recomendable incluir también a un tutor suplente en caso de que el tutor designado no pueda cumplir con sus funciones.

En resumen, es fundamental incluir una disposición en el testamento para designar un tutor para nuestros hijos en caso de fallecimiento. De esta manera, podemos asegurarnos de que estarán en buenas manos y se respetarán nuestros deseos en cuanto a su educación y patrimonio.

Si tienes alguna duda o comentario sobre este tema, no dudes en dejarnos un mensaje. En Viltis estaremos encantados de ayudarte y asesorarte en todo lo relacionado con el derecho de familia. ¡Gracias por leernos!